September 28, 2016
Puerto Vallarta hoy en día es una gran ciudad habitada por más de 300,000 habitantes. Contamos con toda una infraestructura hotelera y turística bastante desarrollada que ha dado paso a la urbanización.
Actualmente contamos con escuelas de todos los niveles, plazas comerciales, avenidas, calles, empresas multinacionales, puerto marítimo, aeropuerto y además, contamos con todos los servicio públicos como agua, luz, teléfono, internet, cable, etc.
Sin embargo, esto no se dio de la noche a la mañana, Puerto Vallarta ha pasado por un largo proceso de urbanización que se ha venido acelerando en los últimos 30 años y para comprender un poco como ha ido evolucionando nuestra ciudad y la región, nos tenemos que remontar muchos años atrás.
Investigaciones realizadas en 1986 por el arqueólogo norteamericano Joseph B. Mountjoy de la Universidad de Carolina, indicaron que durante los años 220 y 380 a.c. hubo asentamientos humanos en la zona de lo que actualmente es Ixtapa y las Juntas; según los resultados de la prueba de carbono 14 realizada a fragmentos de cerámica de color rojo y algunas figuras de barro perteneciente a la cultura Aztatlán que floreció en los años 900 y 1200 d.c. llegándose a encontrar vestigios de esta cultura en zonas de Sinaloa, Nayarit, Michoacán y en la ribera sur del lago de Chapala (Jalisco).
En 1994 el doctor Mountjoy continuó con sus estudios en la región, en esta ocasión en la calle Costa Rica donde tres años antes (1991) descubrieron una olla de barro con cerámica en su interior, de la cual fue posible establecer que entre los años 580 y el 320 a.c. se establecieron los habitantes más antiguos de Puerto Vallarta; manteniéndose por más de 2 mil años.
Mucho tiempo después, según los relatos, el 12 de diciembre de 1851 en la desembocadura del río Cuale, habitado sólo por cocodrilos; entre el océano y la exuberante de vegetación de la Sierra Madre Occidental, se empezaría a forjar la historia de lo que hoy es Puerto Vallarta. Guadalupe Sánchez Torres, un lanchero de Cihuatlán (de 19 años) que se encargaba de transportar sal desde San Blas o las Islas Marías hasta la playa los Muertos, pero harto de esperar a los transportadores que recogían la carga, que a veces tardaban días enteros en llegar, es que decide establecerse en ese lugar conformando el primer núcleo familiar, bautizándolo como Las Peñas de Santa María de Guadalupe, aunque al final de cuentas quedaría como “Puerto Las Peñas”.
Se dice que los fundadores fueron Guadalupe Sánchez, como el primer jefe familiar establecido en la región de Las Peñas; Cenevio Joya, Francisco Montenegro, Apolonio de Robles, Fulgencio Guevara, Cleofas Peña, Martín Andrade, Francisca Plazola y Ramón Macedo.
A ese grupo poco después se irían agregando más personas y familias provenientes de San Sebastián del Oeste, Mascota y Cuale. Durante la transición a partir del descubrimiento de esta región por parte de Guadalupe Sánchez, la zona vivía una época de bonanza gracias a la minería que se practicaba en los yacimientos del Real de San Sebastián y de San Antonio del Cuale, además de desarrollar otras actividades como el comercio, ganadería y la agricultura.
Tiempo después, la minería se vio afectada por el descubrimiento de vetas de plata de menor calidad en Estados Unidos que devaluó el precio de este metal precioso y mucha gente dejó la actividad optando por la agricultura.
En ese momento la zona del valle de Ameca brindaba una excelente productividad gracias a la fertilidad proporcionada por sus tierras, de tal manera que otorgaba tres cosechas de maíz al año y se daba el lujo de repartir los excedentes en embarcaciones que venían de diferentes partes del país. Para 1879 Las Peñas ya contaba con aproximadamente 30 casas con una población total de 100 personas. Para 1885, cuando es abierto como puerto de cabotaje, sólo seis años después, el lugar ya contaba con 350 casas y una población de 800 personas.
Gracias a este crecimiento, el 31 de octubre de 1886, Vallarta, que en ese entonces formaba parte del municipio de Talpa, paso al nivel de Comisaría del orden político y judicial y se fundó la primera oficina de Registro Civil; aunque dos años después, el 2 de mayo de 1888 se estableció su anexión al municipio de San Sebastián.
Debido a la ubicación geográfica de Vallarta y la poca accesibilidad de ese entonces, le permitió mantenerse aislado y sólo algunos eran los privilegiados en descubrir este paraíso escondido; la mayoría pobladores de los poblados aledaños como San Sebastián del Oeste, Mascota y Talpa, entre otros. Que a la postre, le entregarían su estilo arquitectónico de calles empedradas; casas con techos de teja a dos aguas y las paredes blancas en las construcciones. Herencia de los pobladores que bajaron de las zonas serranas y que llegó a nuestro destino para quedarse.
Así es como Puerto Vallarta continúa desarrollándose en el tiempo; pasando al siglo XX y tratando de incorporarse al ámbito nacional cuando el 15 marzo de 1914 se inaugura la oficina postal en donde fuera la casa de Francisco Guevara y a los meses después, el 26 de septiembre el servicio de telégrafos comenzó a operar, dando la oportunidad a los habitantes de tener contacto con el resto del país.
El 31 de mayo de 1918, el congreso del estado de Jalisco dictó el decreto que elevaba a la comisaría de las peñas a la categoría de municipio, cambiando su nombre a Puerto Vallarta. La propuesta se le atribuyo al doctor Marcos Guzmán, en homenaje al abogado jalisciense Ignacio L. Vallarta (fallecido en 1889).
Tras darse a conocer el Bando Solemne (documento oficial), en varias esquinas del recién nombrado Puerto Vallarta; los habitantes salieron a elegir por unanimidad a quien sería el primer presidente municipal; don Jesús Langarica sería el designado para ocupar el cargo hasta diciembre de ese mismo año.
En 1918 Las Peñas pasaría a ser municipio, cambiando de nombre a Puerto Vallarta. En ese momento la Montgomery Fruit Company establecida en Ixtapa empezó a generar dividendos para la región, con la denominada fiebre del oro verde, ya que los plátanos que se cosechaban en esta zona se exportaban hacia los estados unidos mucho antes de madurar, y esto fue un impulso bastante importante para Vallarta hasta que se decretó la ley agraria que implicó que le expropiaran 26,000 hectáreas a Joseph Montgomery, lo que terminaría de tajo con esta prometedora y abundante actividad (los dividendos de este trabajo durarían hasta 1935).
Durante ese tiempo el país se encontraba en plena revolución mexicana pero Vallarta se encontraba totalmente aislado de movimientos sociales y militares; sin embargo la paz y tranquilidad del pueblo fue abruptamente interrumpida por la guerra cristera, cuando un grupo de hombres denominados “los Soldados de Cristo Rey”, llegaron al pueblo en sus caballos y echando balazos tomaron a Puerto Vallarta el 11 de abril de 1927, aunque esta ocupación apenas duró 11 días, ya que el 22 de abril el ejército mexicano recuperaría la plaza sin ningún problema.
A partir de la llegada del ejército mexicano para resguardar el puerto; con su ayuda y un año después de la ocupación, se terminó de construir la primera escuela y aún vigente (20 de Noviembre), la cual aún conserva sus muros de adobe.
Durante las primeras tres décadas del siglo XX, el puerto no contaba con más alumbrado que el de la luna y las estrellas por la noche, pero el 11 de noviembre de 1930 la historia cambió gracias a los señores Sebastián Arreola y J. Buenaventura Santana, ya que consiguieron el generador que sería el primer sistema de energía eléctrica de Vallarta con un rústico pero efectivo cableado acompañado de focos amarillentos que nada más abarcaba el primer cuadro del pueblo y con una duración limitada a unas horas por la noche.
La primera escuela, el primer sistema de energía eléctrica, el crecimiento con la producción agrícola y el cambio de comisaria a municipio, le fueron dando la bienvenida a Puerto Vallarta en su progreso paulatino.
Pasarían varios años, y mientras el desarrollo continuaba de manera parsimoniosa, de repente, el cielo vallartense tendría un nuevo visitante, ya que el 3 de diciembre de 1930, el piloto Charles Baugham sobrevoló el pequeño poblado con su avión, aterrizando en un espacio sobre lo que hoy es Olas Altas (en la plaza Lázaro Cárdenas).
La gente quedó asombrada con ese artefacto de metal que minutos antes había estado volando encima de sus casas. A Charles Baugham inmediatamente lo apodarían de “Pancho Pistolas”, debido al arma que cargaba en su cintura, convirtiéndose así en un personaje importante, ya que fue el primer individuo que llegó por vía aérea a este paraíso terrenal.
El desarrollo para nuestro destino ya no tenía freno, años después (1939), siendo alcalde Rodolfo Gómez, se implementó el primer sistema de bombeo y tanques de almacenamiento para llevar agua potable a toda la población.
Entre las principales actividades económicas que se realizaban durante ese periodo estaba la pesca de tiburón, enviando sus aletas a los restaurantes chinos de Nueva York. Recién comenzaba la segunda guerra mundial, y mientras se gestaba el conflicto bélico muy lejos de nuestro país y de nuestro continente, durante 1942 es cuando se registra lo que se considera como la primera promoción de Puerto Vallarta en una página de la revista “Modern Mexico” editada en Nueva York, donde se anuncian viajes en avión saliendo de Guadalajara a un “lugar primitivo donde cazar y pescar”, firmado por los hermanos Fierro, fundadores de la primera compañía aérea de Vallarta.
Mientras tanto, la pesca continuaría siendo una importante actividad lucrativa, ya que el aceite de hígado de tiburón era suministrado a los soldados estadounidenses, beneficiando a la cooperativa pesquera la Rosita, hasta que se declaró la paz a mediados de los 40’s.
Para 1944 el gobernador de ese entonces del estado de Nayarit, Candelario Miramontes y el presidente municipal de Compostela, Salvador Gutiérrez, comenzaron las obras de la brecha que uniría a Puerto Vallarta con Compostela.
Durante 1950, Vallarta estaría en la vísperas de cumplir 100 años y el progreso continuaría con la apertura del primer banco el 16 de junio de 1950, la sucursal del Banco de Comercio de Guadalajara ubicada en las calles Juárez y Guerrero.
Al año siguiente toda la población se vestiría de gala para celebrar su primer centenario, y a partir de ese momento el desarrollo del puerto sería más acelerado.
Continuará…